Héroes y villanos

 

Lo mejor y lo peor del ser humano en una sola palabra: Chernobyl

5 capítulos han bastado para hacer de Chernobyl la serie del momento. Coincidiendo con el final de Juego de Tronos, parece que el público deseaba como agua de mayo altas dosis de realismo, entre otras cosas porque, como se suele decir, la realidad supera la ficción.

No se ha inventado todavía un dragón suficientemente grande y poderoso que pueda superar el apocalipsis generado por el hombre. Y no se ha creado nunca un drama ficticio peor que el de la propia estupidez humana.

La prueba es Chernobyl, una miniserie que, para llegar a ser uno de los mayores éxitos de HBO solo ha tenido que plasmar de manera fiel los hechos acontecidos en Ucrania en 1986.

Sin necesidad de que un guionista cree al malo más malo de la historia ni a un héroe con grandes superpoderes.

Muchas veces es mejor no inventar nada, sencillamente explicarlo tal como ocurrió (aunque podría haberse rodado en ruso y ucraniano).

Más allá del impacto o la atención que pueda generar, esta puesta al día de uno de los capítulos más negros de la historia reciente nos recuerda que somos capaces de lo mejor y de lo peor.

Frases bastante exprimidas del tipo “llegarás a donde quieras llegar” nos lo intentan recordar día a día, pero al final son hechos como estos los que nos hacen interiorizar la lección.

 

¿Qué podemos llegar a ser? Auténticos héroes o auténticos villanos

Ambos papeles quedan reflejados, más que en uno u otro protagonista, en la humanidad como conjunto.

El malo de la película queda representado en conceptos como la incompetencia, la ignorancia, la estupidez y el egoísmo (tanto a nivel personal como gubernamental).

Y el héroe es, o mejor dicho son, el esfuerzo, la capacidad de superación, el objetivo común, la búsqueda de soluciones y, especialmente, el sacrificio al máximo nivel.

Muchas personas, de forma consciente, sacrificaron su vida o la pusieron en grave riesgo para salvar millones de vidas.

 

Shcherbina, héroe y villano

Esta dualidad queda reflejada especialmente en uno de los protagonistas, Boris Shcherbina, vicepresidente del Consejo de Ministros y jefe de la Oficina de Combustibles y Energía de la URSS, a quien le asignan la tarea de dirigir la comisión del Gobierno de Chernobyl.

Político, un hombre de partido, que viene a decir que nunca nadie ha tenido verdadera fe en él, y al que se le encarga dicha misión sencillamente porque inicialmente no se le da demasiada relevancia.

Con el caso Chernobyl, encarna la figura de un político mediocre que termina siendo un héroe y oponiéndose al sistema que tanto había defendido.

Tal como le dice Valery Legasov, el científico encargado del caso, “llamaron por error a la persona más adecuada”.

Un buen ejemplo, sin duda, de que la humanidad en su conjunto es capaz de lo mejor y de lo peor, precisamente porque las personas somos, al mismo tiempo, cara y cruz, solo hace falta poner el foco en las cualidades, tratar de minimizar los defectos y, muy importante, trabajar en vistas a objetivos comunes.

Siento que suene a eslogan y típica frase motivadora, pero ha quedado demostrado, una vez más, que si trabajamos juntos no solo somos más, sino que somos mejores.

 

 

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