Piensa en grande, actúa en pequeño, al detalle

 

¿Por qué nos da miedo pensar a lo grande? Soñar es gratis…

… perseguir nuestros sueños no tanto, pero la ilusión de lograrlos debería darnos una fuerza sobrehumana para tratar de superar todos los obstáculos.

Esta ilusión ha sido la clave para muchas figuras de la historia que han logrado desdibujar esa fina pero sólida línea que separa los sueños de la realidad.

Pero no hay que irse tan lejos.

El último ejemplo nos lo ha traído desde la marca de Patatas Bonilla a la vista, empresa casi centenaria y emblemática de La Coruña, con César Bonilla al frente, quien empezó repartiendo las patatas de la empresa familiar en moto.

Eran otros tiempos, ahora sus patatas fritas son veneradas en Corea del Sur, donde exporta 37 toneladas al mes.

Además de eso, vende en otros 20 países.

Si os gusta en cine en la película coreana Parásitos, candidata a los Oscars, las paratas Bonilla con su famosa lata son las protagonistas de una escena.

 

¿Cuál es el secreto?

En primer lugar, como bien cuenta el propio César, la ilusión, elemento necesario aunque no suficiente.

En segundo, la autenticidad.

Mantener ese mimo por lo artesanal, seleccionando siempre las mejores patatas, y vendiéndolas enlatadas, pues “es lo que mejor mantiene la patata fresca y como si fuera recién hecha”.

Para los coruñeses siempre serán “nuestras patatas fritas”.

Esto debería hacernos reflexionar sobre cómo a veces corremos demasiado para lograr la mayor repercusión posible cuando, al final, resulta que nos falta lo más básico.

Si quieres alcanzar el éxito, primero trabaja el fondo, después la forma.

 

 

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