Peluquería en tiempos difíciles

 

Aprovechando el confinamiento para el cambio

Al punto de empezar la cuarta semana de confinamiento, todavía no sabemos cuánto tiempo más nos queda.

Lo que sí parece evidente, es que no es una situación que acabará un día y al siguiente abriremos nuestros salones como si nada hubiera pasado, quedando tan solo como inacabable tema de conversación con nuestr@s clientes.

Después de la enfermedad, viene la convalecencia, recaídas y secuelas  y de esta enfermedad, me da la impresión que no será poco.

Cuando finalmente podamos volver a subir las persianas de nuestros negocios, nos vamos a encontrar que en mayor o menor medida, éste habrá cambiado, de igual forma que lo habremos hecho tanto nuestros clientes como nosotros mismos.

Poco o mucho, todos hemos visualizado el momento de retorno a esa adorada jaula en la que voluntariamente nos encerramos a trabajar día tras día.

Posiblemente nos toque luchar para re-arrancar nuestro negocio, el daño económico que nos ha infligido este virus, nos tocará asumirlo a los de siempre.

La consecuente desaceleración económica, la notaremos tras el inicial boom previsible, de los clientes que impacientemente esperan nuestro regreso.

Frente a esa posible desaceleración, solo se me ocurre que podemos invertir en ser mejores, en dar más calidad a nuestros servicios. Calidad, creo que la única respuesta, es mejorar constantemente.

 

Preguntando a los mejores

Es momento de prepararnos en todo aquello que los quehaceres diarios, nos ‘obligaban’ a posponer, a poner en la cola de deseos para el año que viene.

De ahí nace esta serie de posts que vamos a publicar.

No creo equivocarme al pensar que uno de los cambios que nos encontraremos, serán los protocolos higiénico-sanitarios con los que trabajamos.

La mayoría de nosotros seguro que lo hacemos en buenas condiciones higiénicas, pero esta pandemia nos obligará inicialmente, sino definitivamente, a ser más rigurosos, a trabajar con mascarilla o guantes, por ejemplo.

Son cuestiones que seguro, al menos parte de nuestros clientes, nos exigirá.

Montse Morella es una enferma, una adicta a la peluquería, y como tal, durante muchos años ha pasado sus vacaciones de verano, trabajando de lo suyo, pero en Japón.

Una de las diferencias que más le llamaron la atención y que implementó en su propio salón, fueron las estrictas normas higiénicas que allí se siguen.

Así pues hemos elegido como primer post, este que le pedimos a Montse en el que nos desvela como trabajan en su salón, y como implementarlo en el nuestro propio.

Son medidas con un bajísimo coste económico, lo único que requieren son: mucho orden y mucha constancia.

Son momentos de cambios así que,  reflexión, trabajemos para el cambio y aprovechémoslo…

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