“Cuando el Viento” Presentación en Barcelona
Alfombra roja de la presentación en Barcelona del corto “Cuando el Viento” creación de Manolo Collado del Grupo Macomaco y esponsorizado por Periche Profesional y Fama Fabré.
Sobre el corto
Me remito a lo que publiqué en su dÌa respecto al entreno en Valencia, el primer pase que se realizó.
Cuando el Viento no es una película para ver, sino para sentir. Emocionante, porque remueve las emociones como una coctelera. Impactante porque pasado el tiempo, notas como te ha impacto ahí, justo en el pecho. Enajenante porque te bombardea con tantos y tan encontrados sentimientos que no deja espacio para ti mismo. Apasionante porque es una demostración de lo que la pasión en el trabajo puede llegar a alcanzar.
El argumento
Cuando el Viento habla, aunque no se articule ni una sola palabra en todo el corto, habla digo de LA VIDA. No intentaré explicar que es la vida, pero sÌ que puedo intentar explicar otras cosas.
Puedo intentar explicar que me pareció.
Me pareció un monólogo visual del que concluyes que Manolo es solo el protagonista accidental, aunque imprescindible. No habla de él ni es el centro de atención, simplemente es el narrador, pero comprendiendo que no hay otro posible actor que pudiera desempeñar el papel.
Es una orgía unipersonal de sentimientos donde todos se mezclan y complementan a la vez aun siendo antagónicos. Un sedante y un estimulante a la vez. Habla de la vida en sus diferentes facetas y contradicciones.
Es un juego de sentimientos al que te invitan a participar, en el que todo se conjura retándote a exprimir tus capacidades, tu inteligencia emocional.
Un producto artesanal, de orfebrería, en el que cada uno de los tres artistas ve multiplicada su obra por la fuerza de la de los demás. Realizado por seres humanos que como tales se mostraron y comportaron tras el pase. Cercanos y mortales. Apasionados de sus trabajos.
Puedo intentar explicar que sentí.
Me acerqué a esta experiencia sin preconcepciones, con esa mentalidad inocente, primigenia de los niños y de los tontos, así recibí un severo impacto.
Era permeable y dispuesto a que ese bombardeo de sentimientos e ideas, atravesara y entrara en comunión con los que guardamos en nuestro interior, para acabar mutando en algo cuya duración no puedo adivinar, pero que me dibuja aún una sonrisa de complicidad, al rememorarlo.
Me enamoré de la película dejándome con cara de alelado, intentando recordar algo de lo que había visto, sin que pudiera describir una sola escena concreta, ya que el film es un conjunto, un todo.
Sentí algo parecido a cuando descubrí los primeros trabajos de los X-Presion. Tomé consciencia de haber visto y asistido a algo excepcional, algo que se sale de lo corriente, diferente e inclasificable y que cada uno puede tomar como elemento catártico de reflexión y trascendencia, o como una pieza de GRAN BELLEZA .
Tras el pase necesité un buen tiempo para reordenar mi cabeza, para saber que había visto, que había experimentado, para transmutarlo e interpretarlo.
Me costó desconectar de la película y reincorporarme al resto de humanos. Quería seguir allí, no quería dejar aquella playa, aquel mar, aquel viento.
Y puedo intentar explicar lo que ocurrió después
Así pues, tras la proyección pudimos ver a un Manolo pletórico y disfrutando de un trabajo de cuatro años, inconsciente tal vez, de la relevancia de su creación.
Manolo profesional y detallista, agradeció y atendió uno a uno a los diferentes colaboradores que tuvieron algo que ver en esta creación.
¿A dónde le puede llevar a Manolo ese engendro, esa maquinación? ¿A dónde nos puede llevar al resto? ¿Hasta qué punto dejar·, dejaremos que esto nos cambie?
Durante los restos, me gustarÌa arrastrar conmigo una porción de esta experiencia y asÌ cuando sea viejo y miserable (más viejo y más miserable que ahora), esperar a que el viento de levante golpee la costa y poder recordar alguna imagen de Cuando el Viento.
Ya que los sueños, sueños son ¿no?
