El pasado 19 de octubre fui a mi primera feria de forma ‘oficial’, es decir apoyando a la tropa de Tupelu.
Aunque alguna vez he ido por mi cuenta a alguna otra, ésta fué una experiencia única de la que estoy muy agradecida.
Soy consciente de que una feria conlleva mucho esfuerzo, no solo de los directores de esta, sino también de los comerciantes que tienen sus stands.
Así y todo me llevé una pequeña desilusión.
Me imaginaba una feria llena de novedades que nadie hubiera visto antes, pero me pareció que aun siendo de tamaño enorme, había visto lo mismo en Cosmobeauty, los mismos stands.
Lo que si me encantó, fueron las pasarelas que muchas, por no decir todas, las encontré innovadoras.
Para una estudiante como yo, ver en directo todo aquello que ves a través de las redes sociales, es increíble, descubrí nuevos artistas que no conocía sorprendiéndome los muchos que desconocía.
Estando allí logré conectar con la pasarela, con l@s modelos que paseaban comentando la historia que había preparado su estilista y llenándome, toda yo, de creatividad.
Tengo que decir que unas semanas después todavía llevo dentro de mí todo aquello.
Fue agotador pero sin duda, mereció la pena.
En todo instante estaba fascinada haciendo fotografías de todo y cada modelo para tener inmortalizadas y grabadas esas sensaciones para siempre.
Mis felicitaciones por esos puntazos.
Así que me encantaría volver a vivirlo una y otra vez.
Espero poderlo hacer…