Stop, reconfigurando emociones

Mis referentes en peluquería

Pronto hará ¡15 años! que irrumpimos en una casi virginal de contenidos de peluquería, internet.

En todos estos años no hemos podido, ni querido, remediar establecer una relación de profunda admiración hacia varios de los profesionales con los que nos hemos cruzado.

Son nuestros referentes.

Siempre he creido que hacen falta referentes, modelos de peluqueros y empresarios en los que referenciarnos, a los que observar y estudiar para extraer esencia con la que construir nuestro propio proyecto.

Creo compartir con la mayoría de vosotros, la idea de que un proyecto empresarial o profesional en nuestro sector, representa un proyecto vital, una forma de vida.

No hay manera de colgar en el perchero de casa la ‘piel de peluquero’ y coger la de ‘civil’.

No sabemos cómo hacerlo.

Solemos comer, beber, y dormir, con peluquería.

Respiramos y nos alimentamos continuamente de ella, con ella.

Así pues, cuando hablo del lado profesional, lo hago también del personal, tampoco me interesa en demasía aquellos cuya única meta en la vida es alcanzar la perfección técnica o profesional en cualquier sector.

Mis referentes seguro que tendrán sus fallos, su lado oscuro, aquella parte que nos desagrada, resulta cuestionable o incluso reprobable, pero como persona despiertan mi admiración, aquella envidia sana, de anhelar poseer su chispa, personalidad, inteligencia…

Siempre habrá aspectos que mejorar, que inventar, que purgar, seguro, partes de su labor o ser, que aprovechan las aves de mal agüero para desacreditar toda la labor o metas que hayan podido realizar.

Hablamos de referentes, no de sant@s. la perfección, por suerte, no existe.

En fin, disculpad, quería decir que uno de estos referentes para nosotros es Carles Sánchez de Pelsynera.

Carles Sánchez siete años después, palabras más actuales que nunca

En varias ocasiones pudimos entrevistar a Carles, pero aquí os queremos recordar esta entrevista que tras un show, tuvo bien a concedernos.

La lucidez con la que nos contestó, el breve y acertadísimo análisis de aquel entonces por el que atravesaba el sector, me impactó a tal punto que con frecuencia revisualizaba el vídeo, sin poder distinguir ningún atisbo de caducidad de cuanto en ella dijo.

En unos tiempos de profunda revisión de todo, incluidos los sentires, os transcribo aquí la entrevista que realizamos en vídeo y que podéis revivir mas abajo.

Por esto, y mucho más, Carles es un referentes para mí:

 

La transcripción de la entrevista

Silencio para nosotros es un espacio de tiempo que nos hemos tomado para reflexionar.

Nace de la tranquilidad, de la distancia, del querer ofrecer algo muy nuestro.

Hay silencios vacíos, hay silencios incómodos pero siempre llevan un mensaje.

Ese mensaje que uno mismo tiene dentro, es lo que queríamos enseñar, queremos ofrecer lo que nosotros tenemos dentro, que vamos pensando analizando y viendo lo que es la profesión, hay una parte de la profesión que es muy ruidosa con la que no se gana el respeto sino que se pierde.

El respeto no es que se pida, sino que hay que hay que ganárselo, y en ese sentido hay que trabajar para para ello, hay que escucharse, no hay que perder los valores y los principios que tenemos, porque muchas veces o en muchas ocasiones lo que nos pasa es que amamos tanto este oficio que nos desvaloramos nosotros mismos y no nos respetamos.

Sin ese principio, no podemos ofrecer momentos de silencio, que es lo que creo que necesitamos hoy en día en este oficio.

Momentos de silencio

Al final tú generas tu propio tipo de cliente que entra, porque al final es una cuestión de asimilar actitudes, de asimilar imagen, de identificarte con los clientes y quieras o no, vas moldeando tu clientela.

Que es lo que tú ofreces lo que les gusta y se genera esa comunicación.

Yo pienso,  yo quiero que en mi salón lo que haya sea eso, que se respire esa calma, esa tranquilidad porque creo que desde la tranquilidad y desde el silencio, es cuando se puede crear, cuando puedes ofrecer.

Cuando escuchas y conoces y conectas con esa persona.

Si como en el video primero, si somos capaces de vender que estoy peinando una calva, ¿no?…

Es que somos así, somos capaces de vender lo que sea.

Pues no.

Llega el momento de pararse y decir oye pues igual no.

¿Qué se hacer?

¿Qué quiero conseguir contigo?

E interactuar mucho más con la persona, porque al final son las emociones lo que hace que la gente se acuerde de ti.

Las emociones que les despiertas.

Que queden guapas y que favorezca, y que… Todo eso ya lo tenemos.

Pero al final esa conexión que esos típicos clichés que tenemos los peluqueros y que tienen los clientes, yo creo que hay que romperlos sino no cambiaremos la dinámica y en un salón de peluquería hay que cambiar la dinámica de esa manera.

Yo para mí pienso que es callar, escuchar, ver.

No eso no es lo que yo quiero no quiero ofrecer este ambientes hay que darle la vuelta.

Entonces si no nos escuchamos perdemos el hilo y ya andas, pero no hacia una estación concreta sino que…

Pienso que es súper, súper importante callar escuchar y pensar.

(refiriéndose al show que acabábamos de ver)

En la segunda parte también es por ahí, es “dejemos lo virtual y seamos virtuosos”, es un poquito porque creo que abusamos demasiado en la profesión del San Photoshop y de todas estas cosas que desvirtúan.

Creo que al final la maestría de cada peluquero, que creo que hay gente que tiene mucha maestría,  y que no es necesario, que al final un peine y unas tijeras y una técnica te tiene que solucionar un estilo y salir, desvincularte de lo que hay, marcar tu propio sello y no hace falta tanta historia virtual.

Creo que algo más minimalista, más neutro.

Para nosotros es nuestra esencia, buscar ese feeling que tiene.

Menos es más y  no adornarlo tanto.

Ensucia al final el mensaje que quieres dar o ensucia la imagen.

Por eso partimos de la base de que hay que usarlo, pero con conciencia.

Y la hemos sobrepasado.

Es mi punto de vista.

Hay el ruido en el salón y el ruido a nivel artístico.

Pues para mí es el momento de bajar un poco los voltios e igual no hace falta toda la infraestructura que alrededor de todo esto, sino más sencillo, más limpio.

Por ahí van los tiros, es que si no al final a mí no me llena.

Si yo tengo que hacer las cosas, si las hago, es porque puedo ofrecer algo que tenemos dentro, que lo llevamos y que nosotros lo vemos así lo vivimos así, tampoco si no lo viviéramos o no lo sintiéramos, no lo podríamos ofrecer.

Pero yo creo que estamos en ese momento, de poder sacar ese silencio y verlo desde la distancia.

Sobre todo me gusta esto que Silencio (nombre de su colección) nace de la tranquilidad de la distancia y es la mejor manera de pensar y poner a crear lo que realmente quieres crear.

Sin prisas.

Sólo tú eres dueño de tu silencio,  sólo tú decides cuándo utilizarlo.

 

El video

Carles Sánchez reivindicando Silencio

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