Y tú, ¿de qué alimentas a la bestia?

¿Somos conscientes que el sector es el resultado de lo que cada uno aportamos?

Creo que una de las formas más fáciles y gráficas de simplificar la complejidad y lo intangible es dotarlo de vida. Las relaciones interpersonales, el tiempo o la misma existencia los acabo transformando en seres de forma indefinida, pero con sus diferentes características y marcado carácter; muchas veces caprichosos y, casi siempre, de humor cambiante.

Hace algún tiempo que observo esta desconcertante pero bella “bestia” que es “El Sector de la Peluquería”, más conocida como “La Peluquería”. Es una bestia muy antigua, pero que ha sabido conservar el espíritu de la adolescencia, su energía y su curiosidad.

Llena de historia, pero tan apasionada que la olvida. Inmersa en el presente y preocupada por un futuro con el que no sabe qué hacer ni por qué camino llegar a él. Acomplejada como los adolescentes, todo el mundo la aprecia: se la quiere, aunque de igual forma se olvida su relevancia en el ecosistema.

Estas bestias, como tales, se alimentan de aquello que nosotros mismos les damos de comer. Con nuestro trabajo diario, con sus genialidades y mezquindades. Con las victorias y fracasos que realizamos en nuestros salones, sobre los escenarios o en los sets de rodaje, en los teatros o frente a las cámaras fotográficas.

La bestia come los productos que fabricamos, las imágenes que creamos; los peinados, afeitados y colores que realizamos. Come la forma en que nos presentamos al mundo y la manera en que realizamos la más rutinaria labor de nuestro día a día.

Peluqueros, barberos, fabricantes, periodistas, ayudantes y estilistas. Gestores de negocio, franquicias y franquiciados. La peluquera que peina en las casas y la que lo hace en el salón de 40 trabajadores. Los salones low-cost y los de lujo. Trabajadores en blanco, en negro y en amarillo. Todos somos los encargados de darle de comer.

Dependiendo de lo que se alimente la bestia, cambiará de forma, pero siempre estará por encima de nosotros y nos sobrevivirá. Durante nuestra convivencia con ella, la podremos ver más gruesa o más delgada. Saludable o gravemente enferma. Pero nos sobrevivirá.

Es importante alimentar adecuadamente a esta frágil bestia, pues ella nos amamante. De la misma manera en que la alimentamos, ella hace lo mismo con nosotros. Como tantas otras cosas con las que convivimos a diario (Amistad, Sociedad y Amor son algunos de los nombre de ellas), mantenemos una relación simbiótica.

Por todo ello, no podemos olvidar que lo que nos alimenta no deja de ser producto de lo que nosotros le hemos dado anteriormente, que la mala dieta mina la salud de nuestro amado animal.

Así que, la pregunta que te hago hoy es:

y tú, ¿de qué alimentas a la bestia?

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