Una colección en la que el pelo es la excusa para plasmar la búsqueda de la propia luz, la propia sangre eternamente vigilada por la madre tierra.
Una colección documental y reflexiva a la vez, buscando, tal vez, transcribir los ancestrales ecos que nuestro interior irradia en busca de la propia identidad, buscando ser, buscando perpetuarse como preciosa herencia, frecuentemente desdeñada,
Una transmisión de sentires eternamente cedidos a las inocentes descendencias que serán.
Imágenes que emanan fortaleza espiritual y fragilidad material en ocasiones, permutando su significado en otras.
Insinuaciones de olvidados torrentes que nutren invisibles vísceras, responsables últimas del auténtico devenir de nuestra realidad.
Colección reflexiva, en tiempos de profundos cambios sociales y sobre todo personales.