Siempre tengo la razón

La Profesión más bonita del mundo – Juan Balaguer – “Siempre tengo la razón”

Ser el jefe no tiene porque ser el que todo lo sabe, ni ser el que tiene todas las respuestas a todas las soluciones.

La diferencia está en que algunos lo reconocemos y otros no.

Lo importante para dirigir es garantizar la efectividad del equipo, generar un buen clima y lograr la satisfacción de su entorno.

Hacerlo bien o hacerlo mejor es la diferencia de un líder y de quien no lo es.

Y esto es aplicable tanto a la figura del directivo como a la del empresario.

Al fin y al cabo, dirigir es conseguir que la gente te siga de forma voluntaria, no impuesta, gracias a las ideas y acciones acertadas.

La formación y las habilidades son innegociables, la motivación contagia, la actitud multiplica y la humildad y escucha atraen.

Es conocido por todo el mundo que en una peluquería, salvando las distancias, hay que escuchar ya que se cuentan cosas que en otros sitios no se contarían dada la proximidad de los clientes, y un buen profesional, a parte de tener las habilidades de un oficio, ha de ser una persona con buena comunicación y, sobre todo, discreta.

A veces pienso que a los clientes les importa más lo que satisface sus necesidades, resuelve sus problemas y hace realidad sus sueños, que que seamos los mejores del mundo, ya que querer imponer nuestro criterio resta.

A menudo, sin embargo, en la búsqueda de las supuestas “genialidades” que se nos ocurren olvidamos escuchar, tratando de educar.

De hecho, cualquier estrategia de marketing se convierte en una pérdida de tiempo y dinero si tu mensaje es poco creíble y no convence lo suficiente.

Todos deseamos tener la capacidad de adivinar los movimientos del mercado, saber qué hace la competencia e interpretarlos antes.

Fácil de decir, complicado de hacer.

 

Xavier Bustamante – sobre lo escrito por Juan Balaguer

Ser jefe no te confiere automaticamente la razón, pero si que tiene que tener la última palabra.

Dependiendo del tipo de ‘liderazgo’, esa última palabra vendrá tras debatir o no sus decisiones, pero tras madurarla deberá dejar claro el mensaje para el equipo.

De otra forma, el rumbo del salón se volverá errático e indefinido.

Como tu has dicho en varias ocasiones, creo que el cliente siempre busca satisfacer sus necesidades y tras ser los mejores profesionales posibles, nos queda ser las mejores ‘orejas’.

En las relaciones humanas, el toque personal de cada cual es inimitable e inigualable, nuestro sello propio…

 

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