Cambiar, evolucionar, buscamos nuevas sendas que recorrer.
Dicen algunos que profundizar en la digitalización del sector, es la respuesta.
El futuro está aquí y las tecnologías son el camino, el vehículo e incluso la propia meta, dicen.
Sin embargo yo, me permito echar mano de uno de esos términos venidos a menos, contrarios a estos tiempos de inmediatez y tangibilidad suprema.
El Respeto.
Uno de esos pilares fundamentales para cualquier tipo de relación, necesario para enfrentarse a los retos y malignos que nos acosan hoy, siempre.
Ofrecer respeto a los demás, reclamar el mismo trato para nosotros y finalmente, respetarse a uno mismo.
Respeto al trabajo que realizamos, reclamando a su vez respeto en la valoración de la tarea realizada.
Padre de la justicia, ese respeto nos obliga a reconocer los méritos de aquellos que con su labor, ayudan y hacen avanzar nuestra profesión, allanando el camino que en un futuro seguiremos.
Así pues, henos aquí de nuevo reconociendo en voz alta, una nueva hazaña de los X-Presion.
Patrimonio de la peluquería desde hace años ya, la figura de este equipo parece todavía pasar desapercibida para muchos profesionales.
Noticia de nuevo, por hacerse merecedores esta semana, del premio que los IHA concede bajo la categoría de Equipo Artístico internacional del Año.
Desde aquí felicitarles por este nuevo galardón, que para un equipo que ha ganado todos los premios posibles, les sirve para que, en la soledad de la vanguardia, sepan que continúan en la buena dirección.
La dirección de seguir ratificando el respeto por la profesión, de haberse convertido en leyenda, historia viviente que sigue trabajando para dignificar la peluquería.
Mucho se podría debatir sobre su legado, las diferencias con otras leyendas de nuestra profesión, es que su trabajo, las aportaciones de este trío, han sido insufladas directamente a la Peluquería Profesional y que ésta, como beneficiaria, ha ido e irá incorporando en su desarrollo.
Los peluqueros por nuestra parte, no acabamos de respetarnos.
En demasiadas ocasiones, dejamos de honrar nuestro trabajo y por consiguiente de reconocer la labor de aquellos conjurados en hacernos crecer.
Uno no puede dejar de pensar en el reconocimiento que hubieran obtenido, caso de haber nacido en New York o Londres, en vez de haberlo en Madrid.
En fin, por respeto a mi, a ti, a ellos y a la propia Peluquería, hoy quiero felicitar a estos pioneros, dinamitadores de muros mentales, por este nuevo premio, hijo bastardo del verdadero que debiera ser el reconocimiento de cada uno de todos nosotros.
¡Larga vida a los X-Presion!…
