El terciopelo ha sido siempre un tejido lujoso asociado a la realeza. Un objeto de deseo por su extraordinaria suavidad y la complejidad de su fabricación.
Cargado de una fuerte simbología de poder, ha estado presente en las pomposas capas de los reyes medievales, así como sobre el escenario con artistas como Prince.
Hoy el uso del terciopelo se ha democratizado y forma parte de nuestro vestuario, aunque sigue estando asociado a la suntuosidad.
El lenguaje poderoso que transmite es lo que ha inspirado esta colección en el que sus ricas texturas producen juegos de luces que se combinan con los tonos vinilos más transgresores enriqueciendo su mensaje, más rico y vigoroso que nunca.
El resultado, único y extraordinario, es una combinación exquisita y profundamente contemporánea
