También creo necesario que de los institutos la gente salga motivada y amando su profesión!
Y que academias e institutos dejen de ser guarderías de adolescentes.
El problema de nuestro sector es como un cancerbero, múltiples cabezas que nos dificultan la existencia, pero la prioritaria es la de llegar a cobrar justamente por lo que hacemos, profesionalizarnos para poder dar ese salto cualitativo que tanta falta nos hace.
Personas sin recorrido deciden abrir sus peluquerías y comienza la competición por precio ( competir con calidad no pasa por la mente de gente con poca experiencia porque saben que tienen las de perder) y así, sin darnos cuenta sufrimos el cliché televisivo de “chonis” y perdimos aquella elegancia que rodeaba la imagen de la peluquería que se vivió en el Hollywood de los años 50…
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